Se encuentra ubicada a una distancia inferior a 2 kilómetros y medio del centro de la localidad si, partiendo de la plaza del pueblo, iniciamos el recorrido con dirección a la ermita del Santo Cristo y, desde ésta, continuamos el camino atravesando el arroyo del Mal nombre – popularmente conocido como de Arregañacús – a la altura de “las pasaderas” y seguimos con dirección hacia el nacimiento del arroyo Castaño.
Cuando llegamos a la ermita, el paraje nos regala con una paz difícil de expresar con la palabra.
El sitio se encuentra enmarcado por los redondeados canchos o “barrocos” de la sierra de la vecina localidad de Eljas, cuya linde viene marcada por el arroyo Castaño que nace en las inmediaciones y que susurra y refresca gran parte del año a la ermita, a la que también regala con una fuente – actualmente en mal estado de mantenimiento – así como con los castaños que aún perviven durante el curso de estos primeros metros de su naciente.
Aunque alejada, no obstante, este edificio goza de buena planta. Se construyó con piedra de granito sin labrar, enlucida y encalada, rematándose las esquinas con buen granito labrado -sillería. En las fachadas laterales se observan dos estribos en cada una, levantados en sillería de granito que terminan en talud en su parte superior.