El algunos de los antiguos caseríos que salpican nuestra región, encontramos estas hornacinas, a modo de armarios con estantes de piedra para colocar los pocos objetos preciados que debían completar el ajuar de estas viviendas que debieron permanecer inmutables en el tiempo desde hace miles de años. El modo de vida, las construcciones rurales debieron ser similares casi desde la Iberia prerromana hasta el siglo XIX con apenas sutiles avances

En estos nichos en el muro, apreciamos una curiosa solución, nada caprichosa, para solventar con éxito y habilidad un tremendo problema: el desplome de la pared por debilitamiento del muro. Para ello se recurre a desviar el peso de toda la pared poniendo dos piedras en forma de “uve” invertida.

A unos miles de kilómetros de distancia vemos una prueba muy elocuente para emparentar esta modesta solución de un caserío de La Sierra de Gata con el antiguo Egipto: la imponente pirámide de Keops utiliza el mismo sistema para que la “Cámara del Rey” no colapse por el tremendo peso que debe soportar desde arriba.