valverde del fresno - cáceres

San Blas

“Probe de nós! A filha sem roipa e Sã Bras encima.”

Podemos contemplar actualmente la imagen de San Blas sobre la pared meridional de la nave de la iglesia, junto al retablo moderno que sustenta a la Santísima Trinidad.

Se trata de una talla de madera policromada del siglo XVI que ha venido recibiendo a lo largo de los años varias manos de pintura. Su ubicación primitiva la ostentaba en el interior de una ermita, hoy desaparecida, que se fundó a la advocación de este santo al sitio conocido como barrio de San Blas.

Parece ser que se trataba de una construcción de pequeñas dimensiones, levantada mediante obra de mampostería.

Según el Libro de Visitas del Comendador de la Orden de Alcántara, del año 1619 la entrada se remataba en arco de medio punto. La capilla mayor estaba separada de la nave por una reja de madera, al igual que la cubierta que se disponía a dos aguas. En su interior había un “rretablo biexo, y en medio del hecha una capilla donde está San Blas, hecho de madera de talla.”

San Blas fue un médico, obispo de Sebaste, Armenia (en la actualidad la región de Sivas, Turquía) y mártir cristiano.

Hizo vida de eremita en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV. Como no cejaba en su empeño de proclamar su fe en Dios, el gobernador decretó que le cortaran la cabeza, lo que ocurrió en el año 316 de nuestra era.

La tradición le atribuye la curación de heridas y enfermedades a animales y personas, siendo la curación más notable la que realizó a un niño agonizante al que se le había clavado una espina en la garganta.

En la Edad Antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le profesaban gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta, también contra la peste, enfermedades genéricas o incluso por propia devoción. Nosotros, prestando atención a como describe la ermita el señor *Comendador* en su visita de 1619, pensamos que la misma debió de levantarse con urgencia, probablemente como consecuencia de la epidemia de “garrotillo” que a finales del siglo XVI y principios del XVII asolaba Europa, llegando a afectar también al norte de Extremadura, hasta tal punto que al año de 1613 se le llegó a conocer como “el año de los garrotillos.”

Se dice que «Por San Blas cigüeña verás y si no la vieres, año de nieves.»

Basándonos en este dicho popular, aventuramos a decir que junto con las Candelas (2 de febrero) y los Carnavales; se trata de una manifestación ritual que comparte, junto con las otras dos, la preocupación por la purificación y la protección de animales y personas, pero que en definitiva vienen a celebrar el presagio, augurio o pronóstico climático. Algo así como si los cuerpos salieran del letargo del invierno para participar de la eclosión de luz y color de la primavera que se avecina.

Emplazamos a quienes deseen informarse sobre la típica fiesta valverdeña en honor a San Blas que accedan clicando sobre este enlace Fiesta de San Blas o, bien se dirijan a la sección correspondiente de Tradición de esta página.